¿Qué es un prolapso?
El prolapso de órgano pélvico (POP) consiste en el descenso de uno o más órganos pélvicos. Una de las funciones del suelo pélvico es la de sostén de dichos órganos, cuando la presión intraabdominal es mayor que el tono de los músculos y ligamentos durante un tiempo prolongado, el músculo se agota y deja de sostener, es entonces cuando se produce el descenso. Dependiendo del compartimento vaginal en el que se produce el descenso se diferencia:
- Cistocele o descenso de la pared anterior (vejiga)
- Uterocele o descenso de la pared vaginal superior (útero)
- Rectocele o descenso de la pared vaginal posterior (recto)
- Enterocele o descenso de las asas intestinales por la pared vaginal superior.
La causa es multifactorial, pero episodios como el embarazo y el parto son factores de riesgo de POP; se incluye también gestos hiperpresivos repetitivos, obesidad, estreñimiento crónico y menopausia.
¿Cuáles son los síntomas?
- Sensación de pesadez vaginal
- Sensación de un bulto que ocupa la vagina
- Malestar/Presión pélvica
- Dolor de espalda
Además se asocian frecuentemente a síntomas urinarios como incontinencia urinaria o dificultad para orinar, síntomas intestinales como estreñimiento, problemas para defecar y/o disfunciones sexuales como dolor durante las relaciones sexuales e incluso sangrado vaginal anormal después del coito.
¿Cuál es el tratamiento de un prolapso de órgano pélvico?
El tratamiento del POP dependerá del grado del prolapso y cómo afecta a la calidad de vida del paciente y su estado de salud. Prolapsos grado 1 y 2 tienen un buen pronóstico con la fisioterapia.; sin embargo prolapsos grado 3 y 4 requieren intervención quirúrgica. No obstante, se recomienda un programa de fisioterapia previo y post cirugía, para preparar los tejidos y la musculatura y reeducar la gestión de presiones.
El tratamiento de fisioterapia en POP se centra en mejorar los mecanismos de sostén y soporte visceral mediante:
- Reeducación abdominopélvica y ejercicios hipopresivos
- Trabajo de musculatura del suelo pélvico, mediante ejercicios musculatura perineal, electroestimulación y biofeedback.
- Diatermia y láser, para mejora del tejido conjuntivo que representa el 80% de las fibras del suelo pélvico.
- Higiene postural y gestión de presiones, debido a que patrones hiperpresivos empeoran el POP.
- Uso de férulas de descarga: paraguas vaginal y pesarios.
El tratamiento de fisioterapia es fundamental en los estadios iniciales para mantener y mejor el tono de la musculatura del suelo pélvico. Si presentas algún síntoma sería recomendable acudir a una valoración del suelo pélvico.
Recuerda que el tratamiento siempre debe ser individualizado y supervisado por un profesional especialista en suelo pélvico.
Un artículo de Elena Jiménez
Fisiorerapeuta especialista en Suelo Pélvico